El inicio de un año, obliga
sin duda a la reflexión personal.
Desde lo individual, sobre nuestros propósitos, nuestras nuevas
oportunidades o nuestros nuevos desafíos; pero como parte de un colectivo social inmerso en un contexto que no nos
gusta, debemos con mucha seriedad reflexionar sobre el ¿Cómo hacer de manera
diferente las cosas, para salir del enorme problema de inseguridad, corrupción
y violencias que nos afecta a todos?
¿Qué nos depara el 2018? No lo sabemos.
Lo que sí podemos saber y
construir son las opciones que tenemos cada una/o de nosotros, desde los
espacios donde nos conducimos, para enfrentar estos desafíos.
Los individuales, para decidir cómo y desde donde, continuar construyendo
nuestro crecimiento personal, académico y profesional. Decisiones que son
personalísimas y corresponden a cada una, cada uno de nosotros asumirlas.
Pero como partes de una sociedad, es responsabilidad de todos/as revisar
con ojo crítico una vez más, nuestras circunstancias, hacer balances y sumar
nuestros esfuerzos en eso que deberán ser, las nuevas rutas para enfrentar con
mayor eficacia los problemas que nos afectan como sociedad en su conjunto.
Todas, todos, sabemos que el
2018, será intenso para la vida política de nuestro país y de nuestro Estado, y
justamente el proceso electoral -ya en marcha- puede convertirse en una
oportunidad. Si logramos hacer que este proceso electoral, se constituya en el “parte
aguas” que nos permita sentar las bases de los temas relevantes que nos
preocupan ¿Cómo? Asumiéndonos como activos vigilantes, vía nuestras propuestas,
análisis y seguimiento de las campañas políticas.
A nivel nacional, tendremos
la oportunidad de elegir Presidencia de la República, ello implica definir el
proyecto de nación que queremos, y debemos hacerlo analizando las propuestas
que nos presenten cada uno/a de las personas que resulten ser postuladas.
Debemos analizar, desde la
personalidad de cada uno de los actores/as, hasta saber diferenciar, cuáles de
las propuestas que nos presentan son serias, razonables y basadas en la
realidad, para determinar y dimensionar beneficios. No debemos olvidar que
nuestro país está compuesto por una
pluralidad de realidades.
Ello sin duda, nos ayudará
a decidir sobre quienes deben estar en las Cámaras Federales para incidir,
reformar, derogar o modificar las bases jurídicas que permitan atender esa
pluralidad de realidades que nuestro país presenta.
Pero para nuestro Estado, la oportunidad que tenemos es total, ya que
será una elección de todos los cargos. Elegiremos desde el gobierno del
estado, pasando por el Legislativo y los Ayuntamientos.
De ahí que podríamos empezar por revisar ¿Qué
resultados nos dejaron las alianzas y/o coaliciones entre partidos políticos
que nos dijeron en la elección 2010 y nos volvieron a decir en la elección 2016
eran, para un mejor ejercicio de gobernar? Esto porque en pocos días conoceremos
oficialmente cuáles serán las coaliciones bajo las cuales contenderán los
partidos políticos en este año.
¿Qué pasó durante los seis
años de Rafael Moreno-Valle Rosas? ¿Percibimos un mejor ejercicio de gobernar? ¿Se
lograron los objetivos que señalaron en sus respectivos Convenios que
suscribieron? ¿Cuáles fueron los resultados de esta coalición? ¿Cada uno de los
partidos políticos logró aportar e incorporar las propuestas postuladas en sus
respectivos Estatutos y/o Plataformas Políticas? Me parece que no.
A la distancia, la
percepción de las poblanas y los poblanos y la mía propia es que se trató de
una alianza de partidos políticos únicamente con fines electorales, es decir se
trató de una coalición electoral. Solo era ganar por ganar, por encima de
ideologías. No se hizo pensando en lograr beneficios con una visión integral
para la población, y lamentablemente todos
esos partidos que se coaligaron entonces con el PAN, son corresponsables de los
resultados. Claro, lograron algunas “chambas”.
Los primeros meses de ese
gobierno les “otorgaron” algunos puestos menores de gobierno para algunos miembros
de los partidos políticos que se coaligaron, los cuales fueron “retirados” de
esos cargos a los pocos meses. Sí,
lograron la alternancia, pero no los resultados favorables para los poblanos y
poblanas, tan solo basta con revisar nuestros indicadores en desarrollo social,
o que tal si revisamos, la cada vez más
alta inseguridad que hoy vivimos en todo nuestro estado de Puebla:
huachicoleros, feminicidios, y varios etcéteras, que nos heredaron.
¿Eso queremos que vuelva a
suceder?
¿Las poblanas y poblanos
queremos seguir en esa ruta?
¿Queremos que se continúe
evadiendo la responsabilidad que el Gobierno del Estado tiene en toda esta
problemática?
Inicia el 2018, hoy, las circunstancias son distintas a las que se dieron en el
2010, incluso a las del 2016. Una nueva
etapa está por iniciar. Pronto sabremos las opciones que tendremos para enfrentar y sortear más
eficazmente estos desafíos y avanzar con mejores resultados.
Las y los ciudadanos
poblanos tendremos la oportunidad de decidir y también tendremos las respuestas
a las interrogantes.
¡Que el 2018 sea un mejor
año para Puebla!
Palabra de Mujer Atlixco
@rgolmedo
rociogarciaolmedo.blogspot.mx
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