Muchas
décadas han pasado para hacer visible la enorme problemática a la
que históricamente nos hemos enfrentado las mujeres.
Alcanzar
en la normativa, nuestro derecho a la educación, nuestros derechos
laborales, nuestros derechos políticos, nuestro derecho a la salud
sexual y reproductiva, nuestros derechos humanos; a los que no
teníamos derecho, ha sido posible gracias a muchas mujeres y muchos
hombres que han sabido reconocer que “las mujeres y los hombres
nacen y viven libres e iguales entre sí”, como lo establece la
Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.
Traducir
a la práctica estos derechos ha sido producto de diversos
movimientos sociales y políticos de mujeres y hombres, de
organizaciones, de partidos políticos, y hasta nuestros días,
todavía se construye.
Durante
todas estas décadas, en muchos momentos, estos derechos conquistados
pareciera que están bajo el acecho de la radicalización.
Hoy
somos todas y todos testigos de una política basada en la
discriminación. Donald Trump el Presidente de Estados Unidos de
Norteamérica, nos presenta un ideario político absolutamente
contrario a los derechos humanos de las personas.
Abiertamente
agresivo en lo que tiene que ver con las mujeres, incluso ha
planteado acciones de retroceso que detendrían el continuar
traduciendo a la vida diaria, los avances alcanzados en las normas,
no solo en contra de las mujeres de su país, también en contra de
las mujeres del mundo.
Ante
estas amenazas, una vez más las mujeres salieron a las calles de
forma pacífica. Una gran marcha que se replicó en todos los
continentes del mundo, un día después de su toma de protesta.
Muchas más desde todos los espacios donde nos encontrábamos, nos
sumamos.
Y
quedó claro en esta marcha mundial que no estamos dispuestas a que
la Igualdad, la dignidad y la protección de nuestros derechos
humanos retrocedan.
Incluso
han sido planteadas acciones creativas de largo alcance, no sólo en
contra de los actos discriminatorios del Presidente Trump, también,
de todas las acciones discriminatorias que perviven en el mundo y en
México.
Esta
histórica marcha del mundo demuestra una vez más nuestros alcances.
Y nadie puede pasar por alto que las mujeres políticas, tenemos
claro que las causas de las mujeres, nos unen. Que hemos aprendido a
pactar para potenciar con todas las fuerzas cuando se trata de
preservar lo que se ha logrado.
Construimos organización. Compartimos experiencias. Y
todo con un fin reivindicar los derechos humanos de las mujeres.
Lucia
Lagunes lo describe en su pluma muy bien: La lucha feminista tiene
muchos caminos y un fin.
@rgolmedo
Palabra
de Mujer Atlixco
rociogarciaolmedo.blogspot.com
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