El
primero de febrero inicia una nueva etapa en Puebla. Tony Gali asume
la titularidad del Poder Ejecutivo. Gobierno que tendrá un período
muy corto, poco menos de dos años.
Sin
embargo tan sólo para el año 2017 ejercerá la nada despreciable
cantidad de 78 mil 366 millones 972 mil 729 pesos, según lo señala
la Ley de Egresos del estado de Puebla para el ejercicio fiscal 2017.
De
manera que para no perder tiempo, hay que evitar pasos erráticos
para resolver los grandes contrastes, políticos, económicos y
sociales que ha heredado el gobierno saliente.
Revertir
las condiciones de pobreza y desigualdad
requerirá sin duda de una visión social,
para redirigir el
presupuesto público hacia políticas de
desarrollo regional integrales del estado.
Lo
pueden hacer a partir de los diversos diagnósticos e indicadores
elaborados por instituciones públicas y privadas que dan cuenta
clara hacia donde deben dirigirse las políticas públicas, de manera
que desde su diseño se aborde su atención, pero también que sean
medibles y evaluables.
Las
familias poblanas requerimos acciones en
contra de la inseguridad, en los últimos
años nos sentimos inseguras e inseguros.
La
preocupación latente por delitos del orden común aumenta ante la
presencia de delitos del orden de delincuencia organizada, con
asesinatos de mujeres que día a día se incrementan, con violaciones
a los derechos humanos, con impunidad.
Por
ello es momento de retomar reglas básicas. Respeto a las minorías y
a las mayorías. Creer en la igualdad, sin importar sexo, religión,
orientación sexual, discapacidad. Respeto a las Instituciones.
Respeto a la división de poderes. Respeto a la vida interna de los
partidos políticos. Transparencia y Rendición de cuentas como ejes
del nuevo gobierno.
Requerimos
de un gobierno sensible, cercano, que atienda también la otra
realidad que hay en Puebla, la de los hombres
y mujeres más necesitados no sólo en alcanzar una mejor calidad de
vida; sino también en sentir la garantía de su protección jurídica
y social.
Hoy
los poblanos queremos saber cómo el nuevo
gobierno poblano enfrentará las amenazas del también nuevo
Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.
Muchas familias poblanas dependen de los recursos que les envían
nuestros migrantes, sólo basta con darse una vuelta por los
municipios del sur del estado, para corroborar que las familias están
en la incertidumbre de saber qué pasará con sus familiares -muchos
de ellos o ellas indocumentados- y cómo se
les va a apoyar desde el gobierno de Puebla.
Se
dice mucho que el gobierno de Gali sólo podrá dar continuidad al
gobierno anterior.
Mismos
funcionarios en su gobierno. “Amarrado” legalmente con las nuevas
normas que fueron aprobando hasta el último momento. Con un Poder
Judicial nombrado a modo del gobernador saliente. Con “muy poco
margen” de movimiento financiero por la deuda real cubierta, que le
dejan, incluso que con instrucciones directas del cómo debe ejercer
su gobierno.
Espero
que no sea así. Espero que imprima su propio estilo de gobernar.
Tiene una gran oportunidad para potenciar a nuestro estado en un
desarrollo más equilibrado y para establecer una nueva relación
entre las fuerzas políticas de Puebla.
Él
asume facultades hasta para revertir normativa que perjudica no sólo
la gobernabilidad del estado; también, para rendir cuentas y
transparentar los recursos, hoy opacos. Puebla no se merece continuar
con un ejercicio insensible y autoritario.
Sin duda corto el tiempo para demostrarlo. Por ello no
puede perder el tiempo y debe poner desde el primer minuto “manos a
la obra” y evitar pasos erráticos.
@rgolmedo
Palabra
de Mujer Atlixco
rociogarciaolmedo.blogspot.com
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