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miércoles, 24 de febrero de 2016

¡LISTAS Y LISTOS!


El domingo en un ambiente festivo se llevó a cabo el registro de la candidatura única de Blanca Alcalá.
Mujeres y hombres que militan en sectores y organizaciones con la representación de priistas de todo el estado, se dieron cita en la ciudad de Puebla.
Las reflexiones que presentó en su mensaje Blanca Alcalá, sin duda merecen un análisis, por ello rescato sólo algunas de sus partes, porque seguramente muchos y muchas coincidiremos con su visión.
Marca con claridad que su registro tiene “un solo propósito: Unir a Puebla;  porque en este momento hay dos Pueblas: la Puebla del que sólo se transporta en helicóptero y la Puebla de los que andan a pie; la Puebla donde se hacen los empresarios honestos a golpe de años de trabajo, y la Puebla de los empresarios que se hacen en un sólo un sexenio; la Puebla de los de la rueda de la fortuna y la de los que no tienen fortuna, de los excluidos”.
Y en efecto, Puebla no sólo es la zona metropolitana; los restantes municipios que conforman nuestro estado, no han tenido oportunidades equitativas de bienestar; tan solo hay que recorrer algunos caminos de la zona mixteca para atestiguar el abandono en el que se encuentran. No sólo eso, la población en pobreza aumentó 2.1%. En 2012 había 3 millones 878.1 personas en pobreza y para 2014 esta cifra se incrementó a 3 millones 958. 8 personas (CONEVAL, 2014).
Hospitales nuevos y algunos remozados, sí, pero sin médicos, sin enfermeras suficientes y con una alta carencia de especialistas para atender las necesidades de salud y de emergencia en las poblaciones, algunos muy bien equipados pero sin especialistas que sepan usar los aparatos; tal vez por ello el estado de Puebla ocupa el cuarto lugar a nivel nacional en mortalidad materna (datos de la S. Salud Estado y Dirección de Epidemiología del Gobierno Federal, 2015) ; tal vez por ello también, la tasa de mortalidad infantil en Puebla (21.6 fallecimientos) es superior a la de estados de Oaxaca, Chiapas o Guerrero (INEGI, 2013).
Sin duda tan grandes son los contrastes que pareciera que hay dos Pueblas.
Dijo Blanca Alcalá: “Hoy es cuando tenemos que exigir transparencia y cuentas claras. Hoy es cuando hay que recuperar el respeto a los derechos humanos, la libertad de expresión; recuperar la justicia, recuperar el gasto público responsable, recuperar a Puebla.”
Y no caben dudas. Los especialistas mencionan que hay valores que debe orientar el Estado: La tolerancia, la igualdad y las libertades, que presupone también, elementos abstractos: Libertad de asociación y expresión, estado de derecho, acceso a la información, sólo por mencionar algunos ejemplos; y hay dos elementos indispensables para la existencia de la democracia constitucional: la transparencia y la rendición de cuentas en el ejercicio del poder público (Carbonell José y Gutiérrez, Rodrigo, 2002).
Cuánta falta ha hecho en este gobierno ser sensible a ello y a las demandas ciudadanas, indispensables ambos para generar la confianza de la sociedad.
Tan solo en la última semana se documentan cuatro asesinatos de mujeres y sigue sin haber una política pública de prevención y atención a la violencia feminicida. Con desmentir cifras o deslegitimar hechos no se atiende esta problemática; por eso la convocatoria de Blanca Alcalá a recuperar “la dignidad, los derechos humanos, la sed de justicia, contra el derroche, la impunidad y la exclusión.”
El mensaje fue directo. ¿Era necesario mencionar un nombre? No lo creo, como para qué, quienes ahí nos concentramos, quienes desde lejos escuchaban, quienes estuvieron atentos a conocer lo que diría porque era de su interés o por simple curiosidad, nuestros amigos y amigas de los medios de comunicación, pero fundamentalmente los poblanos y las poblanas de todo el estado que para este momento les ha llegado el mensaje, automáticamente pusimos el nombre, supimos con mucha certeza a quien se refería ¿alguien tiene alguna duda de ello? No lo creo y lo afirmo porque muchos y muchas a lo largo de todo el estado y en la mismísima zona metropolitana, han atestiguado e incluso hasta han sido víctimas directas o indirectas de las controversiales acciones en el ejercicio de gobernar, cinco años bastaron para corroborarlo.
Bien dice el dicho “No hay plazo que no se cumpla” y hoy ha llegado del momento.
Con el registro de la candidatura de Blanca Alcalá, nuestro Estatuto dispone llevar a cabo la Convención de delegados y delegadas que será el próximo domingo, para ratificar y votar el registro de candidatura única y con ello esperar en términos de ley el inicio de la campaña política.
Y los y las priistas con el consenso de toda la estructura, estamos listas y listos, cuidando la unidad y la armonía como requisito para enfrentar las tareas que se avecinan, tejiendo alianzas, incluyendo a los liderazgos reales; todo, con un gran entusiasmo para iniciar esta batalla blanca por Puebla  “por la dignidad, contra el derroche, la impunidad y la exclusión.”
@rgolmedo
Palabra de Mujer Atlixco
rociogarciaolmedo.blogspot.mx

martes, 2 de febrero de 2016

EL PRI Y BLANCA ALCALA.



Un problema que se ha convertido en un fenómeno social, sin duda lo es, el desprestigio que pesa sobre la política, los partidos políticos y quienes los integramos. Ello suma, para la elección que se avecina en Puebla. Una elección altamente competitiva.
Recuperar la confianza no es una tarea fácil, pero puede lograrse si empezamos por enfrentar ese gran desafío.
Una profunda reflexión del Dr. Diego Valadés, nos puede llevar a comprender uno de los factores de su origen, que nos ha encaminado hacia esa pérdida de confianza.
En su texto “El Control del Poder”  sobre la lucha por el poder, la lucha contra el poder y la lucha en el poder, menciona: “un problema de nuestro tiempo es que a veces los agentes políticos confunden sus papeles naturales. Se dan casos de partidos políticos que entienden que la función de la oposición va dirigida contra el poder, cuando en rigor debe orientarse contra otros partidos políticos, incluido el que desempeña las funciones del poder. La confusión es contraproducente (…) porque cuando esos partidos finalmente llegan al poder se encuentran con que en la ciudadanía ya se construyó un sólido rechazo al poder per se, que acaba operando en contra de quienes parecían representar una opción diferente en cuanto al ejercicio del poder” (Valadés, 2006).
Este error exacerba las campañas electorales ya que con el afán de derrotar a los oponentes, se hace uso de cualquier instrumento y mecanismo para lograrlo; y la sorpresa viene después, cuando lo que se acaba dañando es “el delicado tejido de la confianza ciudadana en el ejercicio de la política y en la viabilidad de las instituciones.”
Refiero lo anterior, justamente derivado de que ello obligaría a todos los partidos políticos a reconsiderar sus estrategias; sin embargo me remitiré a mi partido político: el PRI.
El PRI ha determinado como candidata al Gobierno del estado de Puebla a la actual Senadora Blanca Alcalá. La importancia de esta determinación no sólo radica en que por primera vez en la historia de Puebla, el PRI -partido mayoritario- postule a una mujer, ya que este solo hecho abre una enorme oportunidad de triunfo; su importancia radica también, en que en el PRI, justamente las mujeres, hemos abanderado desde hace ya algunos años, la urgencia de cambiar las formas de hacer política. Una política cercana a la gente, sensible a sus necesidades y de desarrollo incluyente y sostenible.
Y ese motor de cambio en el nuevo escenario político de Puebla es Blanca Alcalá, con una formación académica muy sólida y en paralelo con una formación político-partidista desde hace más de tres décadas siempre al lado del PRI; puede enfrentar justamente ese nuevo escenario político actual poblano, y convertirse -con el respaldo de todas y todos los ciudadanos- en la primera gobernadora del estado Puebla el primer domingo de junio.
Ella, en el ejercicio de sus responsabilidades en el servicio público y en la representación política   ha aplicado esa una nueva forma de hacer política que tiene que ver también, con modelos de conducta, sin perder los ideales políticos que se ejercen a diario en el comportamiento personal, y que necesariamente inciden en las políticas públicas, para el ejercicio de un gobierno que sea realmente sensible a las demandas ciudadanas, que perciba las necesidades y las atienda; sin confundir la lucha por el poder, con la lucha contra el poder y la lucha en el poder.
Examina qué es lo que merece preservarse y qué hace falta cambiar, dónde han estado las equivocaciones; cuenta con una gran claridad para continuar fortaleciendo al estado de Puebla pero buscando el bienestar de las familias. Tenemos con ella, la certeza de la responsabilidad en el ejercicio del poder.
El proceso no será fácil sin duda. Al interior el PRI construye el proceso de unificación con sus estructuras, sectores y organizaciones y grupos políticos. Pero con una salvedad,  todos los priistas y las priistas sabemos qué objetivo queremos alcanzar, y este objetivo se convierte en un primer factor para la unificación, para la inclusión y para la construcción de alianzas; y ahí es cuando con madurez, sobre todo con institucionalidad y con un verdadero sentido de la emoción, de la ilusión, de la esperanza, y  no de la obsesión, estamos haciendo política, comunicándonos, hablando, conversando, argumentando, reflexionando cada cual desde su trinchera el por qué debemos unificarnos, ser incluyentes y hacer alianzas, cómo lo ha convocado el Presidente Beltrones.
Al exterior construyendo la nueva estrategia de acercamiento con los ciudadanos y ciudadanas, con los actores sociales, organizaciones, movimientos sociales, medios de comunicación, etcétera. Dejando atrás prácticas de exclusión que cerraron la puerta al dialogo y a la libertad de opinión. 
Para ambos procesos -el interno y el externo- tenemos el acompañamiento de un perfil que nos favorece para este momento político el de Blanca Alcalá.
Muchos y muchas también estarán pensando que lograr el proceso transformador en beneficio de Puebla, lleva tiempo y que el gobierno que elegiremos sólo será de un año ocho meses, y tendrán razón, sin embargo esa no es razón para no empezar. Las condiciones actuales de Puebla lo exigen.
Sin dejar de visualizar las muchas variables que se entrecruzarán dentro y fuera del PRI, en ningún momento los priistas y las priistas podemos olvidar que en Puebla hay un nuevo escenario político favorable para nosotros.
Ello exige del esfuerzo de todos y todas. Pongamos en práctica todos nuestros saberes porque no debemos, ni podemos desaprovechar esta oportunidad. A ello estamos convocados; y en el PRI  estamos preparados para enfrentar una lucha electoral, con una candidatura que de entrada ya es fuerte y paralelamente continuar construyendo consensos.
En esa nueva forma de hacer política, todos y todas las priistas queremos ganar, no sólo por ganar, sino porque queremos la garantía de gobernabilidad, estabilidad y sensibilidad en el próximo gobierno de Puebla.

@rgolmedo
Fb: Palabra de Mujer Atlixco
rociogarciaolmedo.blogspot.com